Todos sabemos que con una práctica adecuada de ejercicio vamos a conseguir aumentar nuestro rendimiento, ya sea mejorando nuestra resistencia, flexibilidad o resistencia, pero, ¿cómo se produce este proceso?
El cuerpo en situación normal se encuentra en estado de homeostasis o nivel basal. La homeostasis es un estado de equilibrio dinámico entre los procesos que destruyen el sistema biológico y los que lo mantienen.
Cuando entrenamos estamos aplicando estímulos que rompen ese estado de equilibrio y provocan estrés en el organismo (heterostasis). La fatiga va reduciendo nuestro nivel de rendimiento hasta que dejamos de entrenar.
Cuando hemos parado de entrenar se produce un proceso de adaptación al entrenamiento, también llamado supercompensación, provocando un cambio en la estructura y función del organismo que le capacita para responder más fácilmente a los estímulos producidos por el ejercicio.
Esto provoca que nos recuperemos obteniendo un nivel de rendimiento superior al que teníamos antes para evitar que el organismo se descontrole o se pueda dañar.
Para que esta supercompensación se dé, hay que dejar suficiente tiempo de descanso para recuperarnos, pero no demasiado ya que si no volveríamos al nivel de rendimiento inicial.
¿Dejáis suficiente tiempo después de entrenar? ¿Habéis experimentado esa supercompensación?